Tenía tendiente este post desde hace unas semanas, cuando nos fuimos a Madrid toda la familia a celebrar el 50 cumpleaños de mi hermano Eduardo.
Después de unos meses un poco difíciles, la familia se ha reunido formando piña, disfrutando de las travesuras de los pequeños, la oferta cultural tan organizada, vida social de Madrid y sobre todo por el cumpleañero.
Perfecto anfitrión, se desvive para que todo salga bien, perfecto guía, siempre busca los intereses de cada uno para que se convierta en una visita inolvidable; perfecto tío, modelo para sus queridos sobrinos, pero sobre todo, perfecto hermano, siempre a tu lado cuando lo necesitas.
Gracias por encontrar el lado optimista de la vida, por demostrarnos lo importantes que somos y por darnos la oportunidad de pasar un fin de semana maravilloso.
Tus hermanos.
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