Las chuches triunfan tanto entre los pequeños como los no tan pequeños, a mí me encantan...
No os pasa que cuando le dan la bolsita de regalo a los niños, pensáis: ¡me comería esa fresa! ¡qué buenas las nubes! ¡regaliz!... paro porque se me hace la boca agua.
Qué gran sorpresa para Tomás y en general para todos los niños, cuando han sacado el carrito lleno de golosinas. Han acudido corriendo, bueno, después también hemos ido cayendo muchos mayores que no nos hemos podido resistir.
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